Retomamos la novela arancelaria del gobierno estadounidense, esta vez con el capítulo aranceles a los vehículos no fabricados en Estados Unidos.
El miércoles pasado el presidente Donald Trump, anunció la imposición de del 25% a todos los automóviles y camionetas que no se fabriquen en su país. Estas tarifas comenzarán de manera gradual a partir del 3 de abril del presente año e incluirán a las marcas estadounidenses, cuyos automóviles se arman en el extranjero, resaltando que este porcentaje se añade a las tarifas ya existentes (impuestas a países sin tratado comercial).
Es decir, actualmente la tasa aplicada es de 2.5%, lo que significa que a partir del 3 de abril, los coches importados pasarán a tributar 27.5% de su valor y en el caso de los autos eléctricos chinos, que ya tienen un arancel del 100% desde agosto de 2024, ahora subirán a 125%.
Esto significa un segundo golpe para el sector automotriz, pues debemos recordar que los fabricantes de automóviles ya se ven afectados por los .
¿Qué impacto tiene esta medida proteccionista en nuestro país?
De acuerdo con el departamento de Comercio Estadounidense, México registró un superávit en su comercio automotriz con Estados Unidos de 137,813 millones de dólares en 2024 (cifra récord); las exportaciones mexicanas fueron de 181,397 millones de dólares y las exportaciones estadounidenses solo 43,584 millones de dólares, lo que significa que en el 2024, México fue el primer proveedor de autos para los estados unidos.
Con estos datos, podremos pensar que el impacto en nuestro país es severo pero no, ya que por ahora los fabricantes de automóviles y autopartes que se encuentran produciendo y exportando bajo el T-MEC y con autopartes de origen estadounidense, permanecerán libres de aranceles, de lo contrario se creará una metodología para descontar proporcionalmente el valor de las autopartes de origen estadounidense, que se integren a esos vehículos exportados.
Esto significa que las exportaciones de autos de México a Estados Unidos, pagarán un menor arancel en promedio de aproximadamente 15% menos, respecto al resto de los países.
El gobierno de Trump desde su comienzo, ha impulsado enérgicamente medidas proteccionistas, con el objetivo de reducir el déficit comercial, defender los empleos estadounidenses y fortalecer su seguridad nacional.
Por lo tanto, nuestro país debido a su alta dependencia del comercio con EU, enfrenta un reto importante, las constantes imposiciones de aranceles, afectarán la competitividad de sectores clave como el automotriz y el agroalimentario.
Esto significa la urgente necesidad de diversificar mercados de exportación y fortalecer sus lazos comerciales con otras economías, como la Unión Europea y Asia y esperar los efectos negativos de estas medidas en nuestra economía

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