En estos días hemos visto una serie de agresiones en el Poder Legislativo de la Ciudad de México entre representantes de diversos partidos.
Me parece que si bien es trascendente la discusión que se tuvo los propios representantes populares la pasaron a segundo plano puesto que, incluso la mayor parte de la prensa se ha dedicado ha cubrir la nota de las agresiones y no de las discusiones.
En segundo punto, me parece que aquello que debe de prevalecer entre servidores públicos y representantes es la demostración de democracia y paz.
Me parece complicado pensar que quienes se deben dedicar a buscar representar a la totalidad de la población y como consecuencia comprender e interactuar entre las diversas ideologías y representaciones, permitan que una discusión culmine en agresiones.
Maxime que nos encontramos en un momento nacional fundamental donde la pacificación y la institucionalización son una esenciales para lograr que nuestro país recupere la calma que necesitamos.
Contrario a ello, vivir en un momento de violencia y que nuestras propias instituciones representen de manera violenta la solución de los problemas me parece lamentable.
No obstante, como ciudadanos debemos de dejar a un lado estos lamentables hechos y centrarnos en la discusión y en el discurso legislativo esencial.
Del mismo modo, no podemos ser tolerantes ante representantes que de manera cotidiana no muestran un respeto hacia quienes votaron por ellos y que esperan que sus representantes presenten sus ideologías y con ello cumplan con su mandato legislativo.
Pareciera que la idea de mandato se aleja ante una idea personal donde sus daños o incluso los insultos personales son más importantes que lograr que la discusión y los principios que representan y los llevaron a la curul los representen.
Estoy seguro que la democracia solo se crea con instituciones solidas y representantes respetuoso y eso es lo que nuestra nación merece.
Lic. Juan Fernando González Espinosa
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