El domingo fue la jornada electoral para elegir a los integrantes del Poder Judicial Federal, lo cual ha dejado una discusión dividida en todas las esferas del país.
En primer punto, se logró lo que mucho se ha había dudado se llevó a cabo la famosa elección judicial.
Sin duda, existen muchos temas a debatir y la pregunta que se ha realizado la población de manera insistente si este ejercicio valió o no la pena.
Me parece que, si se repetirá o no, hasta el momento la respuesta es afirmativa, porque la ley continua vigente y no existen indicios de una reforma, pero la operatividad si puede mejorar de manera significativa.
La participación se debe de señalar, como baja. Ello no implica ni un fracaso ni una victoria para el proceso, sino lo que es la primera elección, que fue plagada por una serie de desinformación e incluso falta de conocimiento sobre el tema.
En tal sentido, no es lo mismo la idea de una votación por quienes tradicionalmente se ha votado por más de 100 años, a quien se vota por primera vez. Es lógico que el desconocimiento en estas elecciones, fuera mayor.
Máxime que el tiempo y el presupuesto para la realización de las elecciones, fue mucho menor que cualquier otra elección a nivel nacional, siendo en comparación que se escogieron a 9 personas para puestos nacionales.
Por tanto, es fundamental no solamente la participación ciudadana sino un aumento en la difusión de la información y la transparencia en las elecciones.
Lo anterior no solo genera seguridad en la población, sino una invitación a participar. Si algo caracteriza nuestras elecciones, es la participación directa y activa de la ciudadanía en el proceso mismo, lo cual sin duda es la nota distintiva de nuestras elecciones.
Parece que el camino ha comenzado y tenemos que aprender y perfeccionarlo, como todas las elecciones de nuestro país.
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