Es bien conocida la relevancia electoral de la entidad mexiquense, porque no solo tiene el mayor padrón electoral del país, sino porque una serie de factores hacen relevante lo que ocurre en esa demarcación que tiene impacto a nivel nacional.

En el mes de junio, sin embargo, muchos de los hitos se vendrán abajo por una inercia que parece irreversible: la gran maquinaria morenista que –hasta el momento– aparece en las encuestas 10 puntos arriba de su más cercano competidor.

Sin embargo, no se trata solo de criterios numéricos. Lo que realmente está en juego es la permanencia de un partido político que marcó el panorama electoral todo el siglo XX. El PRI más sólido, cohesionado, el que ganaba todas las elecciones, se enfrenta a su peor fantasma.

El punto es que su competidor es una especie de hermano gemelo, que conoce perfectamente el territorio donde se encuentra parado. Dicho en breve, en el estado de México veremos dos elecciones de estado.

Por un lado, el gobierno local haciendo todo lo posible por mantener el poder y por el otro, el gobierno federal canalizando recursos materiales y humanos para arrebatar esa mina electoral con miras al 2024.

Si las cosas se mantienen como están, lo que veremos en el corto plazo es el más fuerte golpe al PRI en su más emblemática guarida. Ese refugio de políticos emanados del llamado grupo Atlacomulco, que hace 4 años estaban en la cúspide del poder.

Ahora, en cambio, hacen lo imposible por su permanencia en el mapa político. Empresa que se antoja muy complicada por negativos que cargan sobre sus espaldas, no de ahora, sino de hace años que pudieron ser disimulados por sendas campañas que utilizaban todos los artilugios para alterar la percepción de los votantes.

Un elemento más es que el PRI del Edo Mex, se enfrentará por primera vez con un rival poderosísimo. Y que, por cuestiones de la vida es su propia versión remasterizada. Es decir, si alguien conoce el modus operandi de los tricolores, son los guindas.

De esta manera, se anticipa una jornada electoral muy interesante con varias aristas. Hay que recordar que dentro de esa campaña local estarán –sin duda– los equipos de los aspirantes a la presidencia por Morena.

Por tanto, los varios frentes de los partidarios de AMLO. preparan la artillería pesada para darle –quizá– su tiro de gracia al PRI en la región central del país. Dejando al muy herido PRI, solo un resquicio en Coahuila.

Hay, en el fondo de todo lo anterior, un riesgo que unos analistas han comentado. El regreso del partido hegemónico con tonalidades guindas. Es decir, si Morena es capaz de ganar el Edo Mex, se convertirá en una maquinaria muy sólida, que difícilmente dejará el poder en el corto plazo.

Eso es el equivalente a estar presenciando el nacimiento de un partido todo poderoso, que aniquila a sus oponentes. Esperemos que, esta inercia sea a favor de un proyecto político acorde a los nuevos tiempos.

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