Imaginemos la sexualidad sin un cuerpo…  Imposible!.  Nuestra sexualidad como lo hemos dicho implica, tanto lo físico, lo psicológico y lo social; y es indiscutible que estos aspectos rodean nuestro cuerpo; y el cuerpo a su vez implica la desnudez.

Entendemos la desnudez con el hecho de despojarse de todo lo que pueda cubrir nuestro cuerpo; aunque es evidente que el Desnudo trasciende el hecho de traer o no traer ropa.  Los seres humanos somos los únicos animales capaces de estar desnudos, no solamente porque somos los únicos primates no cubiertos de pelo, sino también (y esto es fundamental) porque somos los únicoscapaces de desarrollar conciencia de la carencia de vestido (total o parcial).

La desnudez es algo que va más allá de la simple realidad del cuerpo despojado de vestimentas y accesorios, y está relacionado con circunstancias mismas de la percepción social y de la ideología  Nuestra cultura mexicana evidentemente comparte con muchas otras culturas la problemática básica de cómo se percibe un cuerpo y en qué forma debe presentarse para ser o no ser aceptable desde un punto de vista social habitualmente impuesto por los conceptos de la “moda”. La desnudez es un sistema especialmente significativo, pues nos muestra una forma concreta de cómo el cuerpo se puede manifestar con todos sus sentidos.

En la vida cotidiana, la desnudez no tiene nada de escandaloso ni de escabroso. Se le acepta en el baño, en la cama, en la revisión médica, en los “sitios privados”, en tanto no sea señalada para la burla, ni se designe a sí misma para la tentación.  Sin embargo, algunas personas no terminan por aceptar tanto la desnudez propia como la de otr@s.  Se cubren ataviadamente, no se permiten ver su cuerpo sin ropas. 

Muchas de estas concepciones son influenciadas por la percepción distorsionada de los estándares de belleza; de tal forma que cuando nos vemos en un espejo juzgamos severamente las formas de nuestra anatomía, y bloqueamos la visión de un cuerpo perfecto por el simple hecho de ser nuestro cuerpo.  Con esto, al no reconocer la propia belleza, creamos fantasías de que los o las demás ven los mismos “defectos” que hemos visto.

En realidad, para la sexualidad; la perfección no es más que una utopía.  Y la desnudez la tenemos que ver sin esos falsos prejuicios que reprimen a la libre expresión corporal, a ser creativos con todo lo que integra nuestro cuerpo.  No es que vayamos desnudos por la calle; sino más bien, que desnudemos nuestra mente; que no la vistamos de malos hábitos, de ideas erróneas de nosotros mismos, de malos deseos hacia otros y de un abrigo de negatividad.

Tenemos que desnudarnos para liberarnos, y tendríamos que quitarle lo obsceno a ver otros cuerpos desnudos.  Las grandes obras de arte son desnudos, y la mejor obra de arte es nuestro cuerpo.  Los niños disfrutan de esa libertad, ¿Por qué no disfrutar también de esta experiencia?  Se pueden buscar espacios, para despojarnos de la ropa.  Desde la privacidad de nuestra habitación, como lugares públicos, como las playas nudistas que dan la oportunidad de vivir estas sensaciones.

Desnudarse desde el alma para reencontrarse con el cuerpo real que transita por un aquí y ahora que construimos en lo cotidiano con destino libertad!.

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