Hoy es mi aniversario y como lo he mencionado en varias ocasiones, los cumpleaños me emocionan de sobremanera; el propio un poco más…
Desear un “feliz cumpleaños” a alguien, es pensar al menos un momento en esa persona, y por consiguiente, al recibirlo, esa persona pensará en ti. Es un canal de comunicación espontáneo, lleno de amor y armonía. Algo sumamente especial.
Cuando a las personas las tenemos cerca, no hay mayor problema, pero ¿qué pasa cuando las personas que consideramos importantes en nuestra vida, se encuentran lejos? En ocasiones, por distancia o por distanciamiento, no nos es posible expresar directamente lo que sentimos, sin embargo, un momento perfecto, el cual considero muy oportuno, es al festejo de un año más vivido.
Celebrar nuestra fecha de nacimiento, es ir recordando los buenos momentos y las grandes anécdotas, principalmente con aquellos quienes nos van felicitando. En Francia, la celebración se da en dos partes, por un lado, en casa o en algún restaurante con la familia, mientras que por el otro es sin más, ir de fiesta o viajar con los amigos. En este sentido, la compañía de los seres queridos es lo más valioso y los regalos se convierten en punto y aparte.
La semana pasada fue el aniversario de Alexandre. En un principio creímos que lo celebraríamos juntos, porque él es del tres y yo del doce; y porque regresaría a París. Sin embargo, al acercarse el mes de septiembre, me fue imposible viajar. De todas maneras, soy una chica de detalles y no me iba a perder la oportunidad de felicitarlo por el impedimento de la distancia. Así que transformé el típico mensaje de “felicidades” en algo novedoso y contraté a un servicio a domicilio, para enviarle una planta. Así es, una planta.
Amo la belleza duradera y natural: amo a las plantas. La idea romántica de ramo de rosas como detalle lo comparto, pero considero innecesaria la idea de acortar la existencia de un hermoso ser vivo.
A una planta la puedes cuidar y ver crecer, por lo que la considero como un detalle preferible. Además, las plantas limpian el ambiente, son consideradas como relajantes y curativas. Mantienen el equilibrio en tu alrededor. Y con esta misma idea, busqué una florería bonita cerca de la zona de Cormeilles-en-Parisis. Investigué los detalles que ofrecían para días especiales y aniversarios y le compré una planta.
En un principio todo fue fácil, todo fue en línea. Sin embargo, la parte humana de servicio a domicilio era lo que me inquietaba. La entrega sería al siguiente día de su aniversario, no quería que por festejos se encontrara fuera de casa. Pero no recibí notificación de entrega. Pasaron días y no recibí nada.
Después me escribió, al parecer el detalle fue de lo más inesperado y lindo que lo dejó atónito. Tenía mucho que decir, pero sin poder hacerlo, solo sonreía. ¡Y justo era la reacción que quería provocar! Me mandó una foto, misma que les comparto a ustedes en esta publicación. Ahora, la planta la tiene en su mesita de estar y cada que pase cerca, sonreirá y se acordará de mí. Misión exitosa

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