“Un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”. Estas palabras de Neil Armstrong, cuando pisó la luna, se hicieron célebres y con ello, la conquista del cuerpo celeste traspasaba todo tipo de expectativas.
La llamada “Guerra Fría” entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, aunado a la carrera por la conquista del espacio, estaban en su punto más álgido y generaban un tenso clima entre las naciones aliadas de estas dos potencias.
La llegada del hombre a la luna, el 20 de julio de 1969, fue transmitida por televisión a todo el mundo, cuya señal era difundida y proyectada a través de la Estación Terrena, ubicada en el Valle de Tulancingo, que un año antes había sido inaugurada para la transmisión de los Juegos Olímpicos, celebrados en México.
Houston Texas… punto de partida del Apolo 11, quien transportó a los astronautas al único satélite natural de la tierra y Tulancingo, con esta la antena parabólica formaron una alianza, con la que alrededor de 600 millones de televidentes de todo el mundo fueron testigos de este acontecimiento.
Luego de que Armstrong pisó la luna, hizo lo propio Buzz Aldrin, mientras que Michael Collins quedó en “El Águila”.
Juan Manuel Zamudio, ingeniero en electrónica, formaba parte del equipo técnico en la estación terrena de Tulancingo. Muy joven tenía una gran responsabilidad, pero el alunizaje, sin duda, fue para él, una de sus grandes experiencias en su carrera como ingeniero en electrónica y en su vida personal.
La estación terrena de Tulancingo fue inaugurada el 2 de septiembre de 1968; el entrevistado había recién egresado de la facultad de ingeniería de la UNAM, en medio de una crisis social muy intensa por el movimiento estudiantil de esa época.
La primera misión, era la transmisión de la inauguración de los Juegos Olímpicos celebrados en México, el 12 de octubre, tan solo 10 días después de los hechos violentos en la Plaza de las Tres Culturas también de este acontecimiento social.
Pero la conquista de la luna fue un hecho que quedó grabado en el recuerdo de una generación, que vivió el inicio de una evolución acelerada a la nueva era de la tecnología, aunque la carrera espacial entre Rusia y Estados Unidos, había iniciado una década antes con la puesta en órbita del satélite Sputnik por los soviéticos.
Zamudio, refiere que este viaje especial fue casi perfecto y la transmisión vía satélite de la que formó parte, también fue todo un éxito.
Su labor consistía en distribuir el origen y destino de la señal, la cual se va modulando y cambiando de frecuencia hasta que se transmite al satélite.
Sobre el mito de que si realmente el hombre llegó a la luna o fue un montaje, el ingeniero califica esta hipótesis como algo absurdo.
“Actualmente a través de un satélite que está en órbita, se puede observar a miles de kilómetros la luna, incluso ver el módulo que ahí quedó y la placa que dejaron los astronautas como constancia que estuvieron ahí”, concluyó

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