En Tulancingo, el mes de junio cerró con 136 casos positivos a Covid-19 y una acelerada tendencia al alza, por lo que el titular de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), Alejandro Efraín Benítez Herrera, advirtió de este incremento que, de acuerdo con los pronósticos de la dependencia estatal, llevaría a la quinta ola de la pandemia a su nivel más alto, a mediados de julio.
La cifra actualizada, si se toma como punto de partida el mes marzo de 2020, cuando se declaró el coronavirus como pandemia, es de siete mil 479 contagios.
Debido a que no se han registrado decesos recientes, en la tabla epidemiológica la cifra sigue en 600 defunciones.
En cuanto a personas que ocupan camas con ventilador en el Hospital General de Tulancingo (HGT), según el Sistema de Información de la Red Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG), en el área de camas sin ventilador, hay 10 por ciento de ocupación de 12 camas, es decir, en promedio un paciente. Mientras que en camas con ventilador, el espacio se encuentra desocupado.
Al margen de los casos que se registran en este último repunte, los pacientes que han presentado esta enfermedad en el periodo de dos años, han enfrentado síntomas posteriores.
De acuerdo con la revista de Divulgación de la Ciencia emitida por la Universidad Nacional Autónoma de México, se les llama síndrome Post-Covid al conjunto de síntomas que persisten más de tres semanas después del diagnóstico de la enfermedad.
La incidencia de este síndrome se estima entre 10 y 35 por ciento de los casos, pero puede alcanzar hasta un 85 o 90 por ciento en pacientes que fueron hospitalizados. En otras palabras, nueve de cada 10 personas que presentaron Covid-19, sufren graves secuelas.
Suelen presentarse síntomas metabólicos (colesterol alto), vasculares (presión alta) y neurológicos (trastornos del sueño, alteraciones de la memoria, del comportamiento, de la actividad muscular), así como neuropatías (debilidad, entumecimiento y dolor en algunas partes del cuerpo).
El síndrome post-COVID podría también resultar del daño a varios órganos, de los efectos de la ventilación mecánica en los pacientes intubados o de la interacción con otros padecimientos que el paciente ya tenía.
Más de una tercera parte de los pacientes con síndrome post-COVID tienen comorbilidades, las más comunes de las cuales son hipertensión y diabetes mellitus. Esto confirma que nuestro estilo de vida y hábitos son determinantes en hacernos resistentes o, por el contrario, vulnerables a las enfermedades

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: