Los franceses tienen su propia y muy particular manera de comunicarse. Bajo un “cliché” de rudeza y actitud indiferente con los turistas, muchas personas llegan a pensar que al visitar el país Galo se toparán con alguna de estas situaciones incómodas; esencialmente en París.
La cortesía y la formalidad son muy importantes en Francia. Al llegar a algún sitio y dirigirse con alguna persona, sea en un restaurante, en el aeropuerto o incluso en el transporte público, nuestra carta de presentación siempre será el primer saludo, en caso de decirlo u omitirlo. Y es aquí donde empleamos el “bonjour”.
La palabra “bonjour” literalmente significa “buen día”. Es usada por las mañanas como saludo: “¡Buenos días!”, pero también se utiliza como un “hola” de forma cordial; a diferencia de la palabra “salut” que se utiliza solo entre amigos y con la familia.
Los franceses emplean “bonjour” hasta que se oculta el sol y llega la noche, es decir, serán las 6 pm y aún podrán escucharlo. A diferencia de nosotros en México y diferentes países latinoamericanos que cambiamos justo al medio día para decir “buenas tardes”.
En consecuencia, de las palabras que fácilmente se aprenden estando en el territorio francés por la constante repetición es justamente “bonjour” pero también “merci”. Y de esto existe mucha parodia.
Un ejemplo es la película de “Just Married”, dónde una pareja después de casarse decide irse de luna de miel a Europa. Inician su visita en las montañas francesas hospedándose en un inmenso castillo como hotel, pero al no conocer nada de la lengua francesa simplemente van por el camino repitiendo las palabras “bonjour” y “merci”. Esto lo pronuncian con todos aquellos que se cruzan de frente hasta su llegada a la recepción del hotel.
Del mismo modo, tenemos a “Emily in Paris”, que siendo el personaje principal un estereotipo de chica estadounidense, se mofan de la dificultad para pronunciar palabras en francés aun cuando ya se vive en Francia y se estudia el idioma. Y en el mismo contexto, se hace referencia de por qué no entendemos a los franceses y por qué los franceses no entienden que nosotros no les entendemos. Suena gracioso, pero es verdad.
Y así podría continuar con numerosos ejemplos cinematográficos, pero seguimos…
Si entras a una tienda, un bar o un restaurante y no saludas, directamente pondrán en duda tu educación y es muy probable que no te atiendan adecuadamente. Los franceses ponen mucha atención a eso y de ahí la importancia de siempre decir “bonjour”.
Ahora bien, una vez efectuado el saludo viene seguido del diálogo, principalmente en los lugares donde es necesario la interacción con el visitante o cliente. Entonces empezarán a hablar, dirán frases o inclusive te preguntarán cosas y te mirarán con una sonrisa como a la expectativa de que tú hables también, pero no te asustes, a los franceses les encanta hablar, y más que hablar les gusta la conversación.
Están acostumbrados a expresarse y a debatir, tanto que hoy, en mi taller de francés, participamos en un juego llamado “pourquoi / et alors”, un juego para hablar y discutir cualquier tema. No simplemente es decir sí o no; para todo debe haber un por qué. ¡Hasta en los juegos les gusta discutir, caray! Pero eso será un tema para desarrollar en otro artículo.
De cualquier modo, no importa el “por qué” se hace, sino el “cómo”. Puede ser una simple frase, tal vez acompañada de una sonrisa, mirando a los ojos o posiblemente acompañado de unos besos y de un abrazo.
Lo importante es decirlo. En Francia decir “bonjour” es de las cortesías más fáciles inculcadas de padres a hijos. Y si no estás en Francia, el saludo aplica en cualquier lugar donde estemos. Nunca debemos olvidar nuestros buenos modales

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