México sigue siendo una fosa común, un territorio de violencia altamente deshumanizada. Este domingo el horror se hizo nuevamente presente con al menos 17 personas, que fueron asesinados cuando habían asistido a un velorio en San José de Gracia, municipio Marcos Castellanos, en Michoacán. La zona es limítrofe con Jalisco.
El homicidio múltiple, quedó registrado en un video que circula en redes sociales en donde se puede ver a hombres armados, que bajan de unas camionetas y ejecutan a las víctimas quienes se encuentran contra una pared.
Nuevamente el crimen organizado ha expuesto su fuerza con mucha crudeza. Los homicidios habrían ocurrido en una región, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación ostenta el control del territorio.
Michoacán, es el corazón estratégico del país. Ahí confluyen las más peligrosas arterias por donde circula el narcotráfico en busca de salidas al mar o a Estados Unidos por la frontera Norte, además es zona de la producción de drogas como marihuana, metanfetamina, heroína, fentanilo y, recientemente, cocaína.
El territorio lo pelean más de 10 cárteles, entre ellos el Jalisco Nueva Generación, los Caballeros Templarios, el Cártel de Zicuirán, La Familia Michoacana, el Cártel del Golfo, el Cártel de Los Correa, el Cártel de Los Reyes, el Cártel de Tepalcatepec y Pueblos Unidos, La Familia y Viagras. Y en los últimos meses se ha unido a la disputa también el Cártel de Sinaloa.
Además, la Fiscalía General de la República, investiga el uso y explosión, por primera vez en la historia del país, de una mina terrestre contra el Ejército mexicano, que estalló en un camino de terracería que conecta los municipios de Apatzingán y Tepalcatepec, dejando seis soldados heridos y graves daños en un vehículo militar.
Ya desbordado, el propio gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, ha reconocido que grupos de narcotraficantes utilizan a adultos mayores, mujeres y niños como “escudo humano”, ante el avance del Ejército y la Policía Estatal.
Michoacán vive una situación de emergencia, el horror domina las calles, el infierno se extiende. Tenemos nuestra propia guerra

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