Por Arturo Hernández Cordero

Las tensiones en el conflicto Ruso-Ucraniano parecen estar en su punto mas álgido y desde el pasado lunes, el presidente ruso Vladimir Putin, dijo reconocer la independencia de las provincias ucranianas pro-rusas, que integran el la región del Donbass: Donetsk y Lugansk.
Putin, al reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk, estaba buscando la menor excusa para iniciar la invasión, acto que tres días después llevó acabo alegando que el gobierno de Ucrania, no había respetado ni protegido a las regiones antes mencionadas.
Es así cómo en la mañana del jueves inició la operación intervencionista, avanzando las tropas rusas hacia territorio ucraniano y llevando a cabo, bombardeos en algunas ciudades ucranianas.
Ucrania ha sido a todas luces, víctima de una injusticia inadmisible y completamente contraria a lo establecido en los tratados firmados con Rusia y a todo lo estipulado en el derecho internacional, y por ahora, no cuenta con aliados que la protejan al no ser todavía miembro de la OTAN.
No obstante, esta última se encargará de proveer armamento y suministros a las fuerzas ucranianas y de imponer fuertes sanciones económicas para Rusia.
En cuanto a Rusia, si bien, de momento parece ser una fuerza imparable para el modesto ejército ucraniano, lo cierto es que la desastrosa economía rusa no le permitirá llevar acabo una guerra prolongada. Ejemplo de ello es que Alemania, su principal cliente energético, ha anunciado que postergará el funcionamiento del nuevo gasoducto nord stream 2, lo que sin duda afectará las finanzas rusas.
De momento es apremiante estar al tanto de las acciones que el gobierno de Joe Biden y los líderes de la Unión Europea emprendan; Rusia no está en condiciones de ser excluida del sistema financiero y Putin lo sabe.
Las defensas ucranianas no están aptas para resistir más de algunas semanas en contra del ejército ruso, sin embargo, y teniendo en cuenta las severas sanciones que la comunidad internacional le impondrá a Rusia, ésta tampoco tendrá la capacidad de ocupar a su vecino durante tiempo prolongado. No es una situación sencilla, pero augurar de momento una tercera guerra mundial, es algo muy precipitado y fatalista

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