En 1987 una expresión del priismo nacional manifestó su inconformidad con la designación del candidato a la presidencia. En aquel entonces, al interior del gran partido nacional, se vislumbraba un acomodo de piezas. Por un lado, subsistían los políticos tradicionales herederos de la ideología revolucionaria y por el otro, los nuevos baluartes egresados de las universidades extranjeras.

Unos y otros buscaron incidir en la decisión que tomaría Miguel de la Madrid Hurtado para elegir a su sucesor. Al final, los llamados “chicago boys” se hicieron del poder a través de la nominación de Carlos Salinas de Gortari.

Pero aquel capítulo no estuvo exento de confrontaciones. Ahí nació la primera escisión del sistema político mexicano motivada por la salida de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, entre otros, del PRI.

Ese fue el antecedente de un largo camino que tuvo recorrer el país para tener una expresión política de izquierda real y competitiva. En ese entonces contra el poder casi absoluto de un partido hegemónico que se hizo de todas las estructuras institucionales durante ocho décadas.

Los politólogos marcan ese momento como un parteaguas cuando se habla de las elecciones en México porque esa división interna permitió la conformación de un partido político que vendría a hacer más competitivo el sistema.

Eso mismo –guardadas las proporciones– se está viviendo en el estado de Hidalgo. Ese pacto que todavía se mantenía al interior del PRI estatal llegó a su fin. Y lo hizo de la peor manera, polarizando a los dos bloques que hace muy poco pregonaban la unidad.

Todo inició desde que la contienda interna se hizo ríspida entre sus dos principales punteros. Por un lado, la diputada federal Alma Carolina Viggiano y por el otro, el actual presidente municipal de Mineral de la Reforma, Israel Félix.

Esa formula podría tener un paralelismo con el anteriormente citado. La oriunda de Tepehuacan de Guerrero como representante del priismo más tradicional y el presidente municipal como voz de los nuevos políticos del tricolor.

Esa ficción duro muy poco. Sus diferencias se hicieron patentes el día de ayer, pero con un matiz muy peculiar, la participación iracunda del gobernador del estado Omar Fayad y los dimes y diretes en redes sociales por parte del presidente nacional del PRI, “Alito” Moreno y la misma Carolina Viggiano.

La cuestión es que la candidata de la coalición encabezada por el PAN, PRI y PRD será mujer y el partido que encabeza esta oferta política será el blanquiazul. Ese movimiento los priistas lo calificaron como traición y los panistas como imposición. Porque todo apunta a que la diputada será finalmente candidata en los próximos días.

De tal suerte, que el escenario político se llena de historia en el estado de Hidalgo. Una que ya conocemos, donde la división del partido en el poder es el principio del fin.

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