El mexicano se siente orgulloso por lo que es y por lo que tiene. Siente orgullo por su gastronomía y sus costumbres; por su tierra, sus paisajes y su gente. Siente orgullo por la música de huapango, la marimba y el mariachi. Siente orgullo por tantas cosas, posiblemente innumerables. Por la esencia de pertenecer a uno de los países más bonitos y diversos del todo el mundo.
Y a pesar de eso, de saber que somos uno al citar la palabra “mexicano” o “mexicana”, no cabe duda que existen particularidades en cada estado; el que nos ocupa en concreto es Hidalgo.
Ser hidalguense es estar orgullosos de todo lo anteriormente mencionado, pero también de nuestras festividades, de la minería y de nuestras artesanías. Y hablando precisamente de artesanías, una de las más representativas es el “bordado de tenangos”.
El tenango es una técnica tradicional hidalguense de bordado hecho a mano, del cual adopta el nombre del municipio de Tenango de Doria, productor principal de esta artesanía, perteneciente a la Sierra de Tenango, Hidalgo.
Refleja en sus dibujos el entorno y vida del artesano, y de la imaginación del artesano mismo nacen animales, plantas y flores que interpretan la diversidad natural que los rodea, haciendo énfasis en que cada trazo y cada pieza son únicas. Los materiales primordiales para la elaboración de estas artes manuales son los hilos de algodón de distintos colores, agujas y manta, una tela tradicional mexicana elaborada de algodón 100%, que cumple no solo con el valor tradicional, sino que además es completamente ecológica.
Regresando un poco al tema del orgullo que sentimos, ser un verdadero hidalguense es demostrar cariño al obsequiar tenangos en cualquier oportunidad que se nos presente; para los amigos, en alguna fiesta o durante algún viaje. Y aprovechando el viaje, llené mi maleta con metros de manta y coloridos hilos hacia Paris.
Sé que no soy la primera ni seré la última persona en mostrar técnicas tradicionales mexicanas en el extranjero. Al decir verdad, yo lo hice por costumbre, ya que aprendí a bordar desde muy pequeña, y al igual que la danza, son cosas que me acompañan a cualquier lugar donde voy.
Bordar los tenangos empezó como un pasatiempo, sin embargo, el respeto y la admiración a este tipo de arte mexicano me hicieron valorarlo, estudiarlo y perfeccionarlo para poder mostrarlo con orgullo en diversas partes del mundo. Y fue así como nació , para compartir un poco de mi México mediante detalles hechos a mano.
Estando en la ciudad parisina, comencé por bordar una playera para la novia francesa de mi mejor amigo, hice también un cuadro decorativo para mi amiga colombiana y después un pequeño cojín para la despedida de mi amigo mexicano y una divertida playera para mi jefa en su cumpleaños. Pasaron los meses y aproveché la tendencia parisina de vestir totebag, para bordar varias de estas al estilo mexicano.
Salí a las calles del 1er arrondissement, centro de Paris, para tomar fotografías de mis bordados. También a las orillas del río Sena y así en diversos sitios de todo Paris. Después de eso, quise compartir los tenangos en todos lados y con todo el mundo. Y a ustedes como hidalgueses, ¿qué les gustaría compartir?

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