Si una expresión, una frase o una idea han sido muy usadas o repetidas, se dice que es “un cliché”. La palabra cliché proviene del francés, del verbo clicher, que en español sería como “clisar”, y se refiere a la técnica de reproducción mediante planchas de metal o moldes utilizada para la imprenta y grabados. Es decir, plasmar una y otra vez la misma cosa.
Posteriormente, la frase fue adoptada y utilizada para referirse a cualquier tipo de repeticiones. Por ejemplo, en el romanticismo dentro de las obviedades del amor en frases, regalos o encuentros entre dos personas.
También en el cine y la literatura, los estereotipos o clichés siguen siendo muy notables, principalmente en las expresiones orales y en la vestimenta.
Ahora, quiero que cierres los ojos un momento e imagines a un francés. ¿Cómo es qué lo imaginas físicamente? Posiblemente como una persona delgada, con una playera de rayas y un pañuelo rojo, alrededor del cuello, también usando un béret rojo sobre la cabeza, y si es hombre, con un peculiar bigote. Les explicaré paso a paso estas prendas.
La primera es la playera a rayas o “la marinière”, inspirada en el uniforme de los marineros y convertida en tendencia por el diseñador Jean-Paul Gaultier. Esta pieza es considerada como una de las prendas, que representan la elegancia francesa, ya que va con todo y nunca pasa de moda, además de que la pueden vestir tanto los hombres como mujeres. También se convirtió en un símbolo de los artistas como Picasso. ¡Todos los franceses tienen una!
El pañuelo alrededor del cuello, forma parte de la vestimenta tradicional de algunas regiones de Francia. Sin embargo, el color rojo es más popular en el centro del país, principalmente para la fiesta nacional, que se celebra el 14 de julio, dónde la gente se viste portando los colores de la bandera francesa (azul, blanco y rojo). Yo sólo he visto un par de personas usándola, especialmente las señoras de edad mayor, que las usan como símbolo de elegancia y son de seda, de muchos colores.
La boina roja o “béret” originalmente era muy gruesa tejida por pastores, y eran los hombres militares y cazadores, quienes las usaban. Después, fue Coco Chanel, quien la estilizó y la incorporó en sus pasarelas, dándole ese toque singular con personalidad. Posteriormente, diferentes diseñadores la tomaron como un accesorio importante, hasta convertirse en el símbolo de la mujer parisina. Dato curioso es que casi ninguna mujer parisina la usa, la mayoría de las personas que la visten, son turistas.
No olvidemos el baguette bajo el brazo. Pero eso ya se los conté en los primeros artículos de esta columna de escritura creativa. Así que ya sabes, este cliché además de ser uno de los más conocidos a nivel mundial, más que un estereotipo de vestimenta, es parte de la cultura francesa

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