De manera sutil, el comercio avanza en el tramo del bulevar La Morena, entre el distribuidor vial La Morena y la calle Violeta, una zona donde supuestamente no está permitida la apertura de cocheras, accesos a viviendas y mucho menos cortinas comerciales.
El problema surgió desde que se construyó la vialidad, en los terrenos donde corrían las vías del ferrocarril, los habitantes de la colonia y Residencial La Morena, vieron atractiva la posibilidad de construir cortinas comerciales o cocheras en la parte trasera de sus propiedades, cuando sus escrituras marcan que el acceso a sus viviendas no es por el bulevar.
Durante el gobierno de Julio Soto Márquez, se abrieron las cortinas que están en las dos aceras que hacen esquina con la carretera federal, cuatro ocupadas por unas bodegas de bebidas embotelladas, y otras tres que albergan una pastelería, una salchichonería y una chicharronería.
En la administración pasada, presidida por Fernando Pérez Rodríguez, se permitió la apertura de al menos tres cortinas comerciales y una cochera donde venden antojitos mexicanos.
Recientemente, en junio del presente año, la dirección de Licencias y Permisos de Tulancingo detectó la apertura de dos cortinas comerciales, mismas que fueron clausuradas por no tener el permiso de construcción y por no cumplir con el uso de suelo.
Sin embargo, recientemente una aseguradora y una pizzería, operan en otros locales y al parecer no tienen la autorización del municipio.
La dirección de Reglamentos y Espectáculos municipal, a cargo de Jorge Emmanuel Rivera Saldaña, informó que ha revisado la situación de esos comercios y algunos tienen sus permisos; sin embargo, para obtenerlos tuvieron que haber solicitado el uso de suelo.
Dijo desconocer por qué anteriores administraciones expidieron los permisos, cuando en toda esa área debe de ser espalda de las construcciones, no fachadas.
Agregó que algunos negocios han solicitado la patente comercial, pero trabajan de manera conjunta con la dirección de Licencias y Permisos, para que se proceda conforme a derecho porque, además, se genera una invasión de las ciclopistas, que están en las orillas de la vialidad

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