“Somos impulsos, somos momentos; somos las pasiones, las artes y el tiempo. Y somos el viento que nos mueve y guía, el que nos incita a seguir. Somos sueños y somos vida… oh, mi vida” (Microcuento, Victoria Galindo, 2019)

El Pont des Arts (en español, Puente de las Artes o Pasarela de las Artes) es el vínculo que une al Instituto de Francia y el Museo de Louvre.
Es un puente peatonal que cruza de orilla a orilla el río Sena, construido entre 1801 y 1804. Se conoce por ser el primer puente de hierro de la capital francesa, ya que en esa época todos los puentes estaban hechos de madera.
Este puente se ubica en el barrio 6 de Paris, un lugar rodeado de bellas edificaciones y monumentos que pueden deleitarse con su vista panorámica al momento de cruzarlo. Además, con el paso de los años, se ha convertido en un sitio predilecto entre las parejas y grupos de amigos para disfrutar de la compañía, de la vista y la toma de buenas fotografías.
Del mismo modo, es reconocido por su popularidad contemporánea, debido a que los enamorados provenientes de todo el mundo, pasaban por el sitio y colocaban un candado con sus iniciales o nombre completo bajo la promesa de “un amor para siempre” (lanzando posteriormente las llaves al río).
Las historias de los candados y el amor eterno se observaban en diferentes tamaños, diferentes colores, algunos decorados e inclusive con candados de bicicleta… ¡en el amor no hay barreras!
En el 2014, debido a la gran cantidad de candados y su peso, una parte del barandal se cayó y la alcaldía de Paris, decidió quitar todos los candados e instalar una barrera de vidrio.
¿Y dónde quedaron todos los candados? Bueno, estos fueron subastados y repartidos en diversos lugares de Paris. De hecho, en el 2020 como parte importante para salvaguardar los juramentos prometidos de miles de personas en los candados, y siguiendo un poco lo mitológico de la misma creencia, la artista franco-mexicana Carmen Mariscal, creó una obra de arte frente a Palais Royal, de 3 metros de altura cubierta completamente de candados y la cual nombró “Chez nous” (nuestra casa).
Entre tanto, recuerdo que fue en estas fechas, bajo los vientos fríos de Octubre, cuando mi mejor amiga que recién regresaba, me invitó a tomar un tour por la ciudad, curiosamente el mismo que tomamos la primera vez que visitamos Paris.
¿Y por qué tomar un tour cuando ya vivimos aquí? De inicio, porque todas las ciudades tienen mucho que contar, y no importan los años pues siempre habrá algo nuevo por visitar. Y a su vez, porque Paris siendo una ciudad romántica y dramática, nos regalaba magia cada vez al salir.
En realidad, vivir experiencias aquí me han dejado un increíble aprendizaje y estando parada sobre el Pont des Arts celebré los éxitos de la vida y el amor propio, mentalmente porque no puse candado

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