Desde hace algunas semanas, algunos medios de comunicación están realizando un seguimiento de las actividades de los aspirantes al gobierno del estado de Hidalgo. Lo hacen a modo de comparar las estrategias que desde hoy están utilizando algunos políticos, a fin de posicionarse en las preferencias electorales. 

De aquellas actividades, sobresalen los encuentros con grupos políticos, sectores específicos, líderes partidistas, autoridades municipales; en fin; hay de todo y con matices muy peculiares. Por ejemplo, ahora hay un fervor cívico, por celebrar días que nunca antes habían tenido tanta importancia. Se ha recobrado una súbita conciencia con el maltrato animal, se exalta el reconocimiento a grupos vulnerables y la empatía con las minorías sexuales.

Todo lo anterior sería plausible si no fuera simulado. Porque es bien sabido que este comportamiento es consonante con los tiempos donde los políticos son afables, es decir, previos a una campaña electoral.  

En este particular vale la pena hacer un corte de caja. Analizar la trayectoria de los actuales aspirantes para erradicar a los oportunistas. Es decir, aquellos que desde hace unos meses, tratan de inventar una personalidad que no es la suya.

Mucho de lo que se hace desde la política electoral, tiene que ver con un tema de apariencia. Por eso ahora vemos una imagen renovada de los que parecían anquilosados. Y también por eso, ahora todos los asuntos sociales les son prioritarios, a quienes incluso crean fundaciones para apoyar las causas más justas.

Todo lo anterior forma parte de un teatro donde los actores juegan un rol específico. Juegan a crear realidades paralelas donde descubren –apenas ahora–, que fuera de su zona de confort hay necesidades añejas.

Quizá lo más lamentable es que también algunos sectores de la población participan en este fandango. Porque ahora que se puede les piden apoyos a los aspirantes y los condicionan. En un perverso sentido de complicidad algunos venden sus apoyos a uno u otro político con aspiraciones a cambio de dádivas.

Todavía falta para iniciar formalmente las campañas políticas en Hidalgo. Pero lo que es un hecho es que los aspirantes, ya llevan una buena cantidad de dinero “invertido” en sus proyectos políticos. Hay quien lo hace con discreción y también los hay descarados, que parecen contar con cientos de costales de dinero.

En este mundo de simulación, es muy importante que más allá de los beneficios inmediatos se tenga la suficiente madurez para realizar una evaluación de fondo. Se trata de que los votantes de Hidalgo, sean muy agudos para identificar a quienes representan la continuidad, a quienes pretenden regresar por sus fueros y a quienes han forjado una trayectoria a base de trabajo y esmero.

En ese trabajo deberán converger muchos elementos, pero al final que quede uno fundamental. El hecho de ponderar lo importante que son los procesos políticos y la personalidad de quien toma decisiones desde el poder ejecutivo local.

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