Las prácticas sexuales son tan diversas como seres humanos existimos.  Hoy quiero hablarles sobre una de tantas: Las Parejas Swinger.  Esta práctica sexual consiste en que, en una reunión, las parejas se intercambian para tener sexo.  Así es, aunque para algunos suene muy liberal y hasta “promiscuo”, existen parejas que, sin cometer infidelidad, gustan de experimentar sexo con otras personas fuera de la pareja.

Esta práctica se dio públicamente a conocer en Europa en los años 70´s. y en México a mediados de los años 90’s; a pesar de ser una práctica muy común en la historia de la humanidad.

Existen ciertos puntos que hay que conocer de los grupos, clubes o parejas swingers.  Lo primero son los acuerdos.  Para ser una pareja swinger primero hay que hablarlo y negociarlo; ya que ante la idea de monogamia y exclusividad en la que basamos nuestras relaciones; una variante puede desestabilizar a la pareja, por ello es básico que ambos participantes conozcan a detalle de que se trata y estén conscientes y de total acuerdo en llevar a cabo esta práctica.  El enamorarse no es una opción. Y estos encuentros con otras parejas serán siempre manifestadas a la pareja; no se debe actuar a escondidas.

Generalmente la dinámica para el intercambio se da en grupos o clubes; estos tienen por sentado que los asistentes van con la intención de ser swingers; así que cada club o grupo contara con sus propias reglas y dinámicas.  Lo que sucede con frecuencia es que hay confidencialidad, anonimato y seguridad.

Ya en el intercambio, las parejas pueden aceptar o no el encuentro; esto significa que el rechazo a una proposición sexual no requiere justificación y debe ser siempre respetada.  No es obligatorio tener relaciones sexuales; son encuentros consensuados.

Y la seguridad y salud siempre tienen que ser considerados.  Usar condón y dejar bien en claro la práctica sexual.

Hasta hace una década estos clubes mantenían su anonimato y clandestinidad, hoy día gracias a la apertura sexual que viven muchos y muchas, y a las redes sociales ya se puede tener acceso más fácil a estos clubes.

Ser swinger es un estilo de vida en pareja.  La mayoría de las parejas swinger dicen que no quieren romper su relación con sus parejas estables ya que dicen hay atracción, amor y compromiso; pero que sienten la necesidad de experimentar sensaciones sexuales diferentes con otras personas, y dicen según ellas, el amor a sus parejas estables no se ve afectado. Aunque hay que trabajar el manejo de los celos que es la base para poder ser swinger; porque evidentemente saber o ver que tu pareja tenga sexo con otra persona no es cosa fácil. 

Para muchos puede sonar divertido y excitante, pero lo cierto es que pocas parejas han logrado salir intactas emocionalmente de una relación swinger.  Dado que para muchos es difícil evitar los celos o enamorarse.

No existe legislación que penalice una actividad de este tipo, ya que se trata de una actividad privada, en la que todos y todas los que participan están de acuerdo. Lo que sí se ha observado es que algunos grupos o clubes que se promocionan como swinger no son swingers.  Son más bien clubes de sexo donde no tienen reglas, hay prostitución y no hay protección sexual entonces puede ser un lugar de contagio de VIH y otras infecciones de transmisión sexual.

Puede ser para algunos una fantasía, una práctica para otros, y para otros será una perversión.  Lo que sí es importante sea cual sea tu perspectiva hacia esta y otras actividades sexuales es la responsabilidad sobre tus propios sentimientos y los de tu pareja; sobre todo el compromiso de salvaguardad tu salud y la de otros.

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