Y así, cruzando sierras, selvas, cañadas, pantanos y playas, Javier Hernández Ruiz corredor tulancinguense demostró pundonor y por segundo año consecutivo tuvo un lugar destacado corriendo 200 millas, equivalente a 320 kilómetros en 82 horas, en Oaxaca.
El deportista de 50 años relató, a nuestro compañero Juan Manuel Aguirre, esta hazaña inició durante la noche, por lo que pudo disfrutar la naturaleza en penumbras, amaneceres y atardeceres espectaculares, no obstante la temperatura superaba los 30 grados centígrados.
El trayecto fue de Zimatlán, a 20 minutos de la capital a Cerro Hermoso, muy cerca de Puerto Escondido. “El tipo de carrera se llama Don´t Stop (No parar), Tras la Huella del Jaguar, se descansa muy poco”
De los 63 corredores participantes, sólo 39 hicieron el recorrido completo. Javier llegó en el lugar 34.
Sin embargo refiere que es una experiencia inigualable, pues es un reto que a sus 50 años tenga una buena condición física por lo que espera que muchas personas, no importa edad que tengan, practiquen el deporte.
“Existen muchos riesgos, pero eso también es lo emocionante de esta competencia, se puede uno fracturar, se expone al ataque de algún animal o picadura de un insecto, golpe de calor o te puedes perder en el camino.”
Hernández Ruiz, se dedica a la rectificación de máquinas automotrices, pero esta especialidad del atletismo es su pasión.
A nivel regional ha participado en Acaxochitlán, en El Chico, Huasca y en el Cerro de Las Navajas entre otros escenarios, todo a campo traviesa.
“Se está en contacto con la vegetación, se ven lugares muy bonitos y hay más libertad que un maratón y estas competencias como la de Oaxaca, se realizan sobre caminos sinuosos o terracerías

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