Derivado a que se celebraron elecciones extraordinarias en Acaxochitlán e Ixmiquilpan para elegir a sus ayuntamientos, dos nuevos munícipes inician funciones a partir de este miércoles 21 de julio de 2021.

Se trata de Araceli Beltrán Contreras quien será munícipe de la misma tierra donde descansa la original Diana Cazadora y de Erik Carbajal Romo, quien atenderá en Acaxochitlán. En los dos casos, los gobernantes se identifican con el partido Morena.

De esta manera, el mosaico político municipal queda completo. Por tanto, en todas las demarcaciones existen autoridades electas a pesar de que la pandemia del Covid-19, nos puso a prueba y suspendió por tres meses el proceso comicial que originalmente estaba pensado para el mes de junio del 2020. 

Tanto la presidenta como el presidente que entrarán en funciones, tienen un encargo muy importante porque durante varios meses, autoridades provinciales se hicieron cargo de la célula más importante de la administración pública, el municipio. 

No es sencillo hacer frente a una responsabilidad de esa naturaleza, los problemas de los servicios básicos (recolección de basura, alumbrado, pavimentación, seguridad, entre otros), son de primaria importancia para las personas.

Pero también se encuentran las licencias de construcción, el uso de suelo, parques, jardines, panteones, que casi en todas las ciudades se traducen en problema por falta de los insumos económicos y de personal con la que operan los ayuntamientos.

En el caso de Ixmiquilpan, la presidenta no tiene antecedente en la función pública mientras que en Acaxochitlán, el ahora munícipe ha tenido responsabilidades que abonan al conocimiento de la vida pública.

Sea como sea, el compromiso no es sencillo por lo antes mencionado y porque son funcionarios que inician tarde –por cuestiones ajenas a los ahora electos- en la administración municipal. Vale la pena, iniciar con ritmo acelerado. Hacer más con menos, incentivar a las autoridades federales y locales a que bajen recursos para sus respectivas ciudades, en fin.

Estos dos presidentes conjuntamente con sus cabildos, tendrán que ser representantes de los principios que pregona su partido y administrar sus recursos, con probada honradez. Porque no se trata de que lleguen unos para actuar exactamente igual que los anteriores. Se trata de marcar diferencias y gobernar con sello distinto.

En particular, se espera mucho de la presidenta de Ixmiquilpan, tierra de naturaleza participativa pero también conflictiva, corazón del Valle del Mezquital, donde hace poco se decía que solo podían gobernar los hombres, lugar de grupos políticos con fuerte tradición y con intereses económicos específicos por su bellísimo corredor de balnearios.

En el caso de Acaxochitlán, también es importante marcar una precedente. Aquel lugar hasta hace poco trinchera de un grupo político que ha transitado por diferentes partidos políticos, parecía tener larga vida. Ahora, a razón de los resultados recientes, viene en un claro declive lo que demuestra que la política es coyuntural y obedece a extraños códigos.

La mejor de las vibras para los nuevos munícipes. Que la suya sea una administración diferente y que deje huella.

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