A partir del 25 de agosto, fecha en la que se publicó en el Periódico Oficial de Hidalgo (POH), el decreto por el cual es obligatorio el uso de cubre-bocas en Tulancingo, la dirección de Seguridad Pública solo ha detenido a dos personas por infringir tal disposición, pese a que este municipio registra altos índices de contagios de Covid-19.
El primero de los casos fue el 11 de diciembre pasado cuando una mujer de 52 años, proveniente de Santiago Tulantepec, fue apercibida por un agente de Seguridad Pública cuando caminaba sin tal protección sobre la calle Manuel Fernando Soto, frente a la Catedral Metropolitana, pero no hizo caso a la petición y respondió en forma agresiva, por lo que fue remitida a barandilla.
Ese mismo día, en la calle 21 de Marzo, se aseguró a un hombre que agredió verbalmente a policías preventivos, los cuales le habían solicitado utilizar la mascarilla para cumplir con la medida establecida.
De acuerdo con la corporación policiaca, ambas personas tras pagar su multa quedaron en libertad.
En diferentes recorridos por la ciudad y de acuerdo con reportes ciudadanos, hay muchas personas que deberían ser sancionadas porque no guardan las precauciones, pese a que Tulancingo, aun cuando se encuentra en semáforo naranja y los casos han bajado considerablemente, ha sido uno de los municipios más afectados por este virus a nivel estatal

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