Por segundo año consecutivo, el panteón urbano San Miguel permaneció cerrado al público durante el “Día de las Madres”, debido a la contingencia sanitaria por la Covid-19, pese a que ayer (lunes) entró en vigor el semáforo epidemiológico amarillo, en Hidalgo.
Sin embargo, contrario al año pasado, cuando el cierre de comercios esenciales repercutió en el ámbito comercial, en esta ocasión se observó, desde el fin de semana, gran cantidad de personas principalmente en el centro de Tulancingo, incluso sin respetar la sana distancia y con aglomeraciones, sobre todo en mercados y centros comerciales.
La adquisición de regalos para las festejadas volvió a ser un revulsivo para la economía local, especialmente para los pequeños y medianos comerciantes.
Aunque de acuerdo con algunos entrevistados, las ventas no han sido como esperaban, comparadas con otros años.
Rosario Cruz, coordinadora de Comerciantes Establecidos de Tulancingo (CETU), dijo que es importante que tanto consumidores como clientes mantengan el orden y no se desborden, como ocurrió tanto en diciembre como el 5 de enero, cuyas aglomeraciones para adquirir los regalos de Navidad y Día de Reyes, generaron un rebrote del virus SARS-CoV-2, que incrementó las cifras de contagios y fallecimientos por este agente patógeno.
La entrevistada, también pidió a los clientes que se solidaricen con el comercio local para que el dinero se “quede en casa” y de esa forma, apoyen a los locatarios para que, a su vez, se fomenten empleos.
En el lapso del 2020 a este día, muchas mamás también se han adelantado y lo que sería un festejo en familia, ahora forma parte de un triste recuerdo.
Pero la vida tiene que seguir las calles de Tulancingo, sobre todo del primer cuadro, vuelven a tener movimiento.
Es una fecha que encierra cierta nostalgia, pero en contraste una de las más arraigo en México y el mundo

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