El queso. Como el famoso refrán lo expresa “Bebe vino y come queso, y sabrás que es eso”. La importancia de este derivado lácteo, se destaca por ser un producto con múltiples variedades producidas alrededor de todo el mundo y de una amplia diversidad de sabor.
En Francia se producen 1,5 millones de toneladas de rebanadas de queso y se consumen aproximadamente 25 kg al año por habitante. Es decir, el queso forma parte del consumo cotidiano, siendo los franceses los más grandes consumidores del mundo. Posiblemente estén formados de 60% sólo agua y el resto es queso.
Mientras que en México preparamos, por ejemplo, deliciosos platillos para la cena de navidad o las fiestas patrias, los galos degustan queso a diario. Así es, algo más rápido y mucho más práctico. Es muy valorado por su excelente sabor, sus aportes de calcio, proteínas y energía, además de poseer la gran dimensión de convivencia. Del costo que pueden llegar a tener estos productos, hablaremos después, ya que se cree que un buen queso vale un buen precio.
Existen más de 1000 tipos de quesos franceses, casi 50 de ellos con denominación de origen; dónde se destacan comercialmente el “Brie”, el “Camembert” y el “Reblochon”, así como el “Emmental” y el “Comté”, y que decir de los de cabra o “Fromages de Chèvre”.
En consecuencia, existe la “Fromangerie” o tienda de quesos, en su traducción al español, que es el lugar por excelencia para adquirir un queso.
Aquí es dónde se conservan y venden eventualmente todo tipo de quesos, además de ofrecer productos para su acompañamiento, tales como pan, vino y otro tipo de “pâtés” y “terrines”. Es un establecimiento básico en los barrios franceses y sin duda alguna, una experiencia al visitar el lugar.
Mismo elemento, pero en términos más locales, en Hidalgo, principalmente en la región del Valle de Tulancingo y gracias al importante sector de la agroindustria, disfrutamos de deliciosos quesos de muy buena calidad.
Y aunque nuestro consumo se basa más en las preparaciones frescas como el panela, el requesón y el quesillo, sin duda nuestro paladar está más que preparado para degustar de nuevos sabores.
Por mi parte, siendo una amante del arte culinario, y escribiendo este artículo después de un almuerzo tradicional de domingo con guacamole, chicharrón, tortillas hechas a mano y queso, mucho queso, que les invito a degustar cualquier variedad de estos y, si es posible, me compartan cuál de ellos es su favorito

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