En diversas columnas he expresado mi parecer sobre la importancia de la defensa en el proceso penal; así como para el sistema de justicia penal y el Estado Democrático de Derecho que en suma implica ser el baluarte de los derechos del imputado.

Sin embargo, para lograr que la defensa logre su cometido es necesario que el Estado a través de sus servidores públicos incluyendo tanto a los órganos jurisdiccionales como a los ministerios públicos, así como todo aquel servidor público que represente en cualquier ámbito de gobierno al Estado evite obstaculizar en el ámbito de su competencia el derecho de defensa lo que implica otorgarle todas las facilidades para que logre obtener los tiempos y condiciones necesarios para que tenga una defensa adecuada para la persona que representa.

En tal sentido, debemos de señalar que un sistema jurídico en el cual los servidores públicos y el Estado impide que la defensa logre obtener ya sea el tiempo para preparar su caso o inclusive los actos de investigación para poder desvirtuar las acusaciones realizadas en contra de sus representados solamente tiene una respuesta, que es querer tener defensas a modo.

Ello es una defensa a modo que no se esclarezca un hecho, a modo que no se permita a una persona respetarle y garantizarles sus derechos a modo que un estado restringa los derechos de una persona sin que pueda tener el más mínimo de las garantías y derechos, a modo de señalar que en nuestro país existe una justicia que en realidad no existe a modo de señalar una justicia que únicamente servirá para otorgar cifras a los periódicos pero que en nada aportaran a la impunidad o a la justicia en nuestro país.

En consecuencia, es que me parece de lo más vil, pensar que se puede engañar a las personas mostrando condenas para querer fingir que no hay delitos o que los pudieran existir son castigados, cuando solamente estamos castigando inocentes con una defensa a modo de engañar al pueblo y que los verdaderos delincuentes continúen, pues el modo de cambiar el país es garantizar derechos no buscar el modo de reprimirlos.

Lic. Juan Fernando González Espinosa

juanfer_lm@hotmail.com

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