En las últimas semanas la candidatura de Morena para encabezar el gobierno de Guerrero, se encuentra en medio de un huracán; y es que su candidato, ha sido señalado por un delito que ocurrió hace más de una década, cuestión que lo dejó momentáneamente fuera de la contienda.

Pero, al cabo de un tiempo el partido político consideró pertinente volverlo a postular con el argumento de que, a pesar de los señalamientos, los electores en Guerrero mantenían una elevada preferencia por Félix Salgado.

De tal suerte, y con un criterio pragmático, Morena decidió pagar el costo político de tener un candidato muy polémico, con tal de ganar una entidad clave en el sureste del país que le permita tener mayor presencia en aquella región.

No obstante, el camino nuevamente se complicó cuando la autoridad electoral alegó que la postulación de Morena, tenía problemas en materia de fiscalización. Es decir, Salgado no había realizado las declaraciones fiscales de su precampaña.

Este segundo capítulo en la entramada morenista vino como “anillo al dedo”, porque la estrategia del guerrerense dio un vuelco. De ser señalado por violación, pasó a ser víctima de los “intereses obscuros” del INE.

Esta nueva posición revitaliza al candidato, quien vino a la CDMX a realizar un plantón en las oficinas del árbitro electoral, para solicitar que “saque las manos del proceso” y lo deje participar en la contienda de junio.

En este terreno Félix Salgado se siente pleno, bloqueando accesos a las oficinas del INE, movilizando a sus simpatizantes al Tribunal Electoral, durmiendo en la calle, comiendo en las banquetas, en fin. Ahora se encuentra en su verdadero hábitat, en la protesta social permanente.

Sea cual sea el desenlace de esta historia, que se resolverá en los tribunales electorales este día (viernes 09 de abril). Salgado puede sentirse ganador. Porque hace unos meses hubiera sido impensable que se mantuvieran sus aspiraciones por la ola de protestas que suscito a nivel nacional, después la destitución de su propio partido y la revocación de esa decisión para hacerlo abanderado a pesar de todo.

Ahora está a punto de librar una batalla legal, que puede regresarlo a la campaña más posicionado que antes. Y de ser así, Morena estaría ganando esa importante entidad con un candidato muy cuestionado y que libró todos los obstáculos.

Por el contrario, si los tribunales deciden dejar fuera de la elección a Salgado, el papel de este senador con licencia, será clave para el destino de la entidad sureña. Puede ser que apoye a otro aspirante o que haga de la protesta social, su camino a seguir.

Lo que viene en adelante es un proceso electoral lleno de asuntos parecidos. Donde los candidatos están compitiendo en una delgada línea, donde las instituciones son claves. Si en realidad se fiscalizan a los candidatos, una cantidad considerable tendría que salir de la contienda. Es muy complicado seguir los parámetros permitidos, cuando se creció bajo un esquema de evasión y engaño.

Por eso ahora las inercias van hacia encontrar atajos legales y estrategias sofisticadas, que permitan que los candidatos gocen de ventajas competitivas, aunque ello implique un poco de ilegalidad y abuso.

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