El pasado 15 de diciembre rindieron protesta 82 ayuntamientos en el territorio estatal. Los otros dos (Ixmiquilpan y Acaxochitlán) tendrán que esperar a que se realice una elección extraordinaria en fecha por definir. Pero en general, hay nuevas autoridades municipales electas en el estado.

De estas nuevas administraciones destaca una distribución de poder variopinta; es decir, municipios gobernados por distintos sellos partidistas que reflejan una composición plural de grupos, corrientes y aliados políticos.

Eso viene sucediendo desde hace años y refleja que estamos lejos de aquellos tiempos donde solo había un grupo político dominante en la entidad. No obstante, con el paso del tiempo y como es natural en democracia, nuevos actores políticos emergen, se hacen fuertes y se reacomodan en la dinámica social y política.

Ese podría ser el caso del partido Morena en el estado de Hidalgo, que en 2016 gobernaba un solo municipio (Chilcuautla), y que ahora estará al frente de seis ayuntamientos. En Tizayuca, Nopala, San Salvador, Tenango de Doria, Mixquiahuala y Tepeapulco de manera directa, mientras que en Actopan y Progreso de Obregón lo hacen a través de candidaturas comunes.  

Estas autoridades electas tienen un compromiso mayor porque están obligados a gobernar con parámetros distintos. Lo anterior, porque serán reflejo de un gobierno federal que tiene una directriz ideológica específica, compromisos claros y un vínculo directo con las personas.

En otras palabras, Morena tiene que empezar a construir desde abajo (desde el municipio), un proyecto de gobierno que implique un combate directo a la corrupción, una relación estrecha con las personas, un criterio de austeridad con los recursos públicos, entre otros.

Sería una desgracia para este partido que el presidente de México predique un ejemplo a nivel nacional y que sus presidentes municipales actúen de manera contraria. Esos errores pueden costar muy caro a un proyecto de transformación de la vida pública como pretende impulsar el titular del ejecutivo federal.

Por tanto, los morenistas están obligados a que el discurso idealizado desde otros niveles se materialice en el ayuntamiento que es el gobierno más cercano a la gente por los asuntos que resuelve como la recolección de basura, alumbrado público, seguridad, parques, jardines, panteones, licencias de construcción, por citar unos ejemplos.      

De nada servirá que a nivel nacional se tenga un buen referente si en el municipio no cambian las cosas. Si se sigue viendo corrupción, burocratismo, amiguismo y otros vicios del pasado en las administraciones que comienzan el afán de cambio se diluye.

Aunque lo mismo cabe para todos los municipios que tomaron protesta, reitero, los que tiene que dar el ejemplo serán los morenos porque deben de permanecer en sincronía con las autoridades federales.

De cualquier manera, hay otra elección en puerta que vendrá a generar otros contrapesos. Los diputados locales y federales que se elegirán en junio del 2021 pondrán más elementos de análisis a lo anterior expuesto.

De tal suerte que se avecinan tiempos que reclaman alta política donde es muy probable que el presidente municipal, diputado local, diputado federal, senadores y gobernador sean de distintos partidos. Todos ellos están obligados a trabajar de manera coordinada en beneficio de sus gobernados.

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