El ecosistema de Tulancingo, en sus alrededores, contempla en su fauna parvadas de 50 a cien garzas.
Estas aves han hecho de la región su hábitat, explicó Abraham Salomón Ganado, subdirector de Desarrollo Rural, quien comentó que debido a los cambios climáticos buscan lugares cálidos.
“Tulancingo ha tenido cambios considerables en el ambiente. Hace algunos años, en las periferias y en los espacios hídricos, las temperaturas eran muy bajas, pero en las últimas dos décadas los calores se han hecho presentes, por lo que las zonas rurales de Tulancingo, son un buen lugar para que las garzas aniden”.
El entrevistado, dijo también que no se caracterizan por ser aves migratorias, así que su población puede aumentar considerablemente.
Su función en el medio ambiente, es importante porque se alimentan de gusanos que para los cultivos pueden ser plagas. De igual manera, se colocan en el lomo de los animales como vacas y caballos, para comerse las garrapatas.
Son aves que están acostumbradas a socializar con campesinos, se caracterizan fundamentalmente por tener las patas, el pico y el cuello largo en relación al tamaño de su cuerpo

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