En el estado de Hidalgo celebramos elecciones municipales el pasado 18 de octubre y los resultados de aquella contienda, no solo se limitan a una nueva distribución del poder; por desgracia, esa jornada electoral,

 también trajo una repercusión en el número de contagios de coronavirus.

Hay que recordar, que durante la campaña varios candidatos tuvieron que retirarse por la pandemia. Al menos dos de ellos perdieron la vida. Tal es el caso del presidente electo de San Agustín Tlaxiaca, Felipe Hernández y del ex senador Isidro Pedraza quien compitió en Pachuca.

Estos casos no parecen aislados, porque en estos días otros participantes en la contienda dieron positivo al virus. Como es el caso de Sergio Baños, oriundo de la capital del estado quien hizo público que dio positivo a covid.

En suma, el costo de la elección parece alto. Lo es porque lamentablemente hay vidas que se perdieron. Por tanto, habría que hacer una reflexión sobre lo pertinente de una elección en medio de una pandemia. Lo anterior, habiendo mecanismos legales para atrasar el proceso electoral.

Este supuesto aplica para las autoridades electorales y para quienes desde los partidos políticos promovieron la elección a como diera lugar. Una irresponsabilidad mayor porque aquellos que perdieron la vida, tuvieron contacto con cientos de personas que quizá hoy también estén contagiados.

Los datos en el estado de Hidalgo siguen siendo complicados, la ocupación hospitalaria crece y las personas parecen ajenas a la emergencia. Esta combinación se acentuó con la elección que implica el contacto con la gente, eventos masivos, concentraciones en espacios públicos.

Hay que reiterar que la pandemia sigue aquí, lo está incluso con mayor fuerza y letalidad. Porque todos tenemos una persona cercana, familiar o amigo que tuvo una experiencia cercana con el virus. Hay que redoblar esfuerzos para tratar de ganar la batalla contra el covid.

Pero lejos de eso, el lenguaje oficial parece contradictorio. Apertura grandes avenidas viales para beneficiar el flujo vehicular pero implementa un programa de restricción, suspende eventos como la visita a los panteones el día de muertos pero incentiva a las compras en el denominado buen fin, restringe los horarios de bares y cines pero otros comercios siguen abiertos como los restaurantes.

Inclusive, en un pequeño ejercicio de exploración, vale la pena salir un fin de semana para darse cuenta que el miedo al coronavirus parece cosa del pasado. Y esto, en buena medida es alimentado por la falta de definición entre lo permitido y lo prohibido en estos tiempos.

En suma, se tienen autoridades electas en el ámbito municipal. Lo son con niveles de participación bajos y con el estigma del coronavirus en la espalda. Habría que ponderar en algunos meses si valió la pena hacer llamar a la elección o si habría sido mejor que los Concejos Municipales extendieran su periodo hasta mediados del 2021.

En esa evaluación deben estar muy atentos los ciudadanos que tendrán en un corto periodo varias autoridades que calificar por su desempeño en las medidas de salud, seguridad, alumbrado público, repavimentación entre otras.     2010_enrique

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