Este día en Estados Unidos celebra las elecciones más importantes de su historia reciente. Su relevancia radica en varios factores, pero quizá el más determinante sea que estos comicios se realizan en el país que lleva una cifra record en los contagios y decesos producto de la pandemia del Covid-19.

Motivados por el rechazo o apoyo a la actual administración (todavía no se sabe), más de 97 millones de personas ya votaron en persona o por correo. Esto representa, más de la mitad de los votantes de la pasada elección presidencial de 2016. Si se mantiene esta tendencia, se espera una participación mayor al 70%. 

Los especialistas en la materia sostienen que cuando una elección mantiene tanto entusiasmo, es porque los electores desean cambiar de rumbo. Es decir, esta convocatoria solo se entiende por la voluntad masiva de votar por Biden antes que por la continuidad de Trump.

Pero hay que ser cautelosos porque hace cuatro años se desestimó a la base electoral del actual presidente y ese fue un gran error. De hecho, hay que decir que los simpatizantes del magnate inmobiliario siguen firmes. Pese a todo lo que ha ocurrido (pandemia, violencia en las calles, confrontación racial, entre otros), Trump no ha tenido grandes caídas de popularidad (aunque tampoco tuvo grandes subidas).

¿Quiénes son sus incondicionales? A grandes rasgos, se habla de hombres blancos sin educación universitaria y residentes en áreas rurales ¿Con ese perfil le alcanza a Trump para ganar? En el 2016 se creía que no, pero en los últimos actos de campaña parece que el entusiasmo por su reelección crece.

Otro de los factores positivos de la actual administración, es que hace unos días salieron a la luz datos que apuntan a una recuperación económica, tras los estragos causados por la pandemia. Según esa información, la economía de Estados Unidos creció a un nivel sin precedentes en el tercer trimestre, con un aumento del 7.4% del PIB, que equivale a un ritmo anualizado del 33%.

Hay que recordar que los norteamericanos votan “con la cartera”. Es decir, condicionan el sufragio respecto a la estabilidad económica. Por tanto, una economía en crecimiento es un pasaporte seguro a la victoria.

Por el otro lado, Biden solo tiene una cosa a favor: el rechazo a Trump. No es por quitarle protagonismo al candidato demócrata, pero prácticamente todos los analistas coinciden que el principal factor que le puede dar la victoria a Biden es la profunda animadversión a la actual administración. Este fenómeno no es exclusivo de los demócratas sino también de un sector de republicanos desencantados.

Los bajos índices de popularidad de Trump indican que puede perder las elecciones especialmente por su manejo del coronavirus, al que insiste en restar importancia a pesar de que la cifra de muertos en el país supera los 225, 000 mil.

 De tal manera, que a pesar de tener ventaja en todas las encuestas, Biden no puede sentirse tan seguro. Su victoria todavía tiene que pasar por varios estados que son claves y que están en la balanza por decidir su voto.

Para México, el resultado electoral también tiene una relevancia considerable. Porque lo que ocurre en el país del norte impacta en las remesas, la relación comercial y en el flujo de nuestros migrantes. Por lo que debemos estar muy atentos de lo que decida el electorado norteamericano este martes.

@2010_enrique 

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